Antes
de integrar una aplicación multimedia en un programa de aprendizaje, debemos
evaluar la calidad e idoneidad del mismo para el proceso de enseñanza. Para ello,
tendremos que analizar:
2. La tipología de programa y su modo de implementación.
3. El sistema de navegación. Deberemos analizar el tipo
de sistema que utiliza y si este es adecuado, sencillo y prácticamente
intuitivo.
4. Análisis de los ejercicios o actividades que presenta:
a. Requisitos
técnicos. Requerimientos mínimos que necesitamos tener en nuestro ordenador
para que el programa funcione correctamente.
b. Calidad
técnica de los recursos multimedia. Las imágenes son nítidas, se cargan
rápidamente y disponen de un tamaño adecuado para su visión. Los sonidos se
escuchan claramente, no están distorsionados, etc.
c. Adecuación
de los recursos multimedia. Hasta qué punto los recursos multimedia que utiliza
la aplicación son adecuados para conseguir los objetivos que se plantea el
programa y se adaptan a los usuarios.
d. Adecuación
de los ejercicios o actividades a los objetivos y usuarios a los que se
destina. Son estos ejercicios suficientes y relevantes para alcanzar los
objetivos propuestos?
e. Adecuación
del feedback a los usuarios, de modo que resulte motivador e incite a resolver
correctamente los ejercicios.
f. Tratamiento
de los errores, analizando si se ofrecen las ayudas pertinentes y el feedback
adecuado.
5. Seguimiento. Analizar si el programa dispone de un
banco de datos que nos permita guardar los resultados obtenidos por el alumno y
facilitar el seguimiento del proceso de aprendizaje.
6. Material complementario que pueda ser utilizado en el
proceso de intervención y/o nos oriente sobre el uso adecuado del programa.
Otra serie de criterios que vale la pena tener en cuenta:
·
autor definido (natural o corporativo)
·
objetivos precisos (claramente especificados)
·
temáticas acotadas y objetivas
·
fines educativos
·
actualización permanente
·
versiones de prueba gratis o acceso gratuito
total

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